Mesa redonda sobre “Religiosidad, espiritualidad y salud mental” en el ISCR “San Francisco Javier”

El pasado lunes 18 de noviembre, más de 90 personas asistieron a la mesa redonda enmarcada en el curso “Educación y Salud Mental”.

Dentro del curso que se está impartiendo en el ISCR “San Francisco Javier” sobre “Educación y salud mental”, se celebró el pasado lunes 18 de noviembre una mesa redonda sobre un tema actual: la presencia y el papel de la religiosidad, la espiritualidad, y su relación con la salud mental.

De 6 a 8 de la tarde, fueron tres los ponentes los que intervinieron en un acto académico abierto a todas persona interesada. Moderada por el Vicedirector el ISCR, Iñaki Ilundáin, reflexionaron tres especialistas sobre un tema siempre actual: la espiritualidad. El profesor de Teología espiritual en la Facultad de Teología de la Universidad de Deusto, Carlos Coupeau, jesuita; el psiquiatra Manuel Martín, director médico de las Clínicas padre Menni de Navarra; y el profesor en la Universidad Pontificia de Salamanca y en ISCR “San Francisco Javier” (Psicología de la Religión).

 

Los tres ponentes, desde sus disciplinas respectivas, comentaron la evolución que ha realizado en las últimas décadas el significado de las palabras “espiritualidad” y “religiosidad”. De ser la espiritualidad algo referido a la religión, de expresar, básicamente, la vivencia personal de la fe y su cultivo, ha pasado a significar algo ajeno a la religión aunque muy humano, más ligado con la búsqueda de sentido, con la necesidad de trascender que nos anima a todos. Aunque en nuestra época se viva de manera muy fuerte la secularización, emerge el cultivo de la espiritualidad ya que la actitud materialista no satisface la búsqueda humana. Esta evolución semántica puede crear ciertos problemas en la misma comprensión de la religión. Y es necesario, según se comentaba, una vivencia personal de la fe (“religiosidad intrínseca”), una vivencia espiritual de la religión, el no perder de vista la necesaria apertura por parte del creyente al don de Dios.

Otro tema tratado fue la evolución que también se está dando en el mismo concepto de salud. Pesa mucho la visión tradicional (de la modernidad) en la que la referencia de la salud es su carencia. Se piensa la salud desde la enfermedad y, por lo tanto, se subraya, la labor de curación. Siendo esto verdad y nobilísimo, en los últimos tiempos, se va abriendo un nuevo espacio de concepción de la salud de corte más positivo donde se prima no la carencia de salud (enfermedad) sino la capacitación. Entender la salud como algo integral (atendiendo a las diversas dimensiones de la persona, tanto individuales como sociales, tanto físicas como afectivas, que tiene en cuenta las convicciones morales, los estilos de vida…) y atender a la persona en vista al crecimiento. Aquí aparecen los conceptos de “psiquiatría positiva”, “psicología positiva” que trabajan la capacitación, el crecimiento personal. Esta orientación, que recuerda las propuestas morales clásicas, son integradas y recogidas de manera excelente en el concepto cristiano de salvación (en latín, tanto salvatio, como salus –salud-).

La conexión entre estas dos problemáticas fue la referencia constante a la salud mental (no se entró en el análisis de las patologías), a la educación… A nivel internacional se constata que se investiga mucho la espiritualidad, religiosa o no, como competencia educativa, en su relación con la salud integral de la persona. Esta tendencia no polémica de estudio todavía tiene poco desarrollo en nuestro país. La importancia de trabajar esta “competencia” es clara para los ponentes: es una fortaleza constitutiva de la identidad personal.

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