Durante los días 14 y 15 de noviembre, se han celebrado en el Salón de Actos del Seminario de Pamplona, las segundas Jornadas de Salud Mental. Han sido organizadas por el ISCR “San Francisco Javier”, junto con la Delegación diocesana de Pastoral de la Salud y Ancianos, las Hermanas Hospitalarias (Clínica psiquiátrica padre Menni) y el Teléfono de la Esperanza en Navarra.
El título de este año ha sido “Educación y salud mental” y se han desarrollado durante dos tardes.
Como explicaba la tríptico informativo de estas Jornadas, “la salud mental se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de manera productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”. Y se calcula que esta época, y en nuestro entorno socio-cultural, la mitad de las personas sufrirán o han sufrido algún mal relativo al ámbito de la salud mental: ansiedad, depresión en sus distintos niveles, adicciones que restan autonomía…
Como explicó el Dr. Manuel Martín que coordinó el desarrollo de las dos sesiones, el enfoque principal de las dos sesiones sería el estudio de los problemas y el de las conductas preventivas que los educadores pueden ejercer cuando estos problemas son, sobre todo, incipientes.
El miércoles 14, con una asistencia de público muy notable, cerca de 140 personas (120 personas de media asistieron durante los dos días), muy ligadas al mundo de la educación (madres y padres, profesores…), los distintos ponentes especialistas, explicaron realidades difíciles que viven los niños y adolescentes en estos tiempos.
Patxi Sanjuán, habló sobre el tema del acoso escolar (bullying): la estructura de estos hechos que la víctima sufre, los mecanismos de defensa, sus posibles respuestas, resaltando la importancia de que el 90% de la violencia sufrida es “invisible”, de naturaleza psicológica. Destacó también “la ley del silencio” que rodea estos hechos y de la que afirmó que es la principal causa de riesgo. La prevención: cómo tratar temas relativos al acoso con profesores, alumnos… fueron temas también tratados.
Pablo Moreno, psiquiatra en la Clínica padre Menni, explicó el problema cada vez mayor de las nuevas adicciones, “adicciones sin sustancias” que suben respecto a las derivadas de ingesta de sustancias que según los últimos estudios han bajado algo. De estas nuevas adicciones, presentes también en personas jóvenes, destacó el aumento del juego de apuestas por internet.
Javier Royo, reconocido especialista en el tema, habló del TDAH, la hiperactividad, señalando su estructura básica. Aunque tiene síntomas básicos (impulsividad e inatención) hay que caer en la cuenta que no hay dos casos iguales. Por eso, el diagnóstico puede ser difícil de realizar, y muchas veces, tardío.
Y por último, Alfonso Echávarri, director del teléfono de la esperanza en Navarra, habló sobre el suicidio, presentando datos estadísticos, difíciles a veces de realizar (incluyendo lo que se puede deducir sobre los intentos), y subrayando la importancia de comprender que es un fenómeno extremo complejo en sus causas. La presentación pública de este difícil tema no es muchas veces la apropiada: explicación causal simplificada, silencio sobre el tema…
Y el jueves 15, el tema estuvo más centrado en la reflexión pedagógica desde distintas instancias.
El psiquiatra Adrián Cano, de la Clínica Universidad de Navarra, centró el tema en el ámbito familiar. Subrayó la presencia de problemas psicológicos en personas menores y muy jóvenes que han sufrido las relaciones problemáticas y conflictivas de sus padres y las consecuencias de la separación; así como la relación entre determinados modelos educativos donde no entra la orientación clara, la exigencia, y debilidad consiguiente en el educando.
Iñaki Lorente, psicólogo escolar y orientador en el Colegio Sagrado Corazón de Pamplona, centro su intervención en la responsabilidad de los centros educativos, de los colegios. Qué puede hacer el colegio por los alumnos que sufren estos problemas, un lugar donde los chavales pasan muchísimas horas y están, en general, muy atendidos, muy observados en su proceso educativo. Distinguió las fases de prevención, detección precoz e intervención. Y nos recordó que para un adolescente, un problema que esté sufriendo y que podemos considerar menor, para ellos puede ser enorme (aspecto que se reflejó muy bien en un intenso cortometraje que se proyectó, Silent, de Melanie O’Donell).
Andrés Jiménez, profesor de filosofía y pedagogo, destacó algunos olvidos que se dan en los ámbitos educativos, tanto familiar como en los centros de enseñanza, que derivan de una antropología reducida. Destacó la importancia de la educación moral, que incluirá la emocional: la importancia de los valores éticos, de los principios morales que sirvan de criterio de juicio, la responsabilidad de la dirección de la conducta a la que cada uno de nosotros está llamado, y que no puede ser el simple “me apetece”. La educación será un fortalecimiento de la personalidad, herramienta útil para prevenir algunos de los problemas detectados.
Y, en último lugar, Francisco Javier Ahechu, delegado de catequesis y catequeta, habló desde la perspectiva explícita de la fe, de la importancia del cultivo del sentido de la trascendencia, de la necesidad de una educación integral que esté atenta a todas las dimensiones de la persona y en la que se custodie el corazón, el centro vital de la persona, (en referencia a enseñanzas del papa Francisco); que la educación en la fe que no es un simple añadido, sino la dimensión última y que dota de estructura al desarrollo de las diferentes facetas vistas.
Muchos más temas y detalles salieron a colación, tanto en las intervenciones como en los coloquios posteriores entre el público asistente y los ponentes. Las Jornadas concluyeron con unas palabras finales de agradecimiento y aliento por parte del Delegado de Pastoral de la Salud, José Ignacio Martín Badules y del Obispo auxiliar, monseñor Juan Antonio Aznárez.